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Crónica de un concierto inolvidable(Parte 1)

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Mensaje  Idayerick Dom Abr 05, 2009 1:57 pm

Capítulo 1. Un viaje accidentado

Todo comenzó el jueves 26 de marzo por la mañana, después de levantarnos mi mujer y yo expectantes por lo que acontecería ese día, nos dispusimos a recoger las cosas e ir a llevar a nuestro hijo a casa de su abuela. Solo bajar a la calle el flamante volvo cx 90 que me dejó mi cuñado para ir a Madrid nos esperaba en la puerta, que privilegio mas grande el conducir semejante vehículo, solo esperaba estar a la altura.

Una vez en casa de mi suegra, nos tocó despedirnos de nuestro hijo, al que no veríamos durante 1 día y medio, la verdad que a sus 16 meses de vida es la vez que mas tiempo íbamos a pasar sin su compañía, y eso nos entristecía profundamente, ya que a los padres noveles les cuesta desprenderse de sus hijos, lo queremos siempre para nosotros. Una vez terminadas las despedidas nos dirigimos hacia la estación de Barcelona-Sants en donde habíamos quedado con Ángeles y Raúl (un chico que aun no esta en la lista pero que tiene un vinculo de amistad con Virginia muy fuerte).

Después de llegar a la estación y encontrarnos con Ángeles y Raúl era la hora de poner rumbo a Madrid. Ya en el interior del vehículo me dispuse a buscar la dirección de la sala Penélope en el GPS del coche, y para la sorpresa de todos nosotros descubrimos que el GPS no funcionaba muy bien, marcaba una cantidad de kilómetros desorbitados y nos empezó llevando por unos caminos que nos hicieron perder muchísimo tiempo.

Fue una hora después de salir hacia Madrid cuando empezamos a encaminarnos correctamente por la autopista, el tiempo se nos estaba echando encima.

La verdad que era la primera vez que conducía tantísimos kilómetros, pero entre la música que iba sonando continuamente en el coche y la gracia de Raúl al que no conocíamos pero demostró tener un sentido del humor de lo más divertido, se nos hizo el camino mas ameno si cabe.

Ya casi estábamos llegando a Madrid y el tiempo no jugaba a nuestro favor, las constantes llamadas de Marga para saber cuanto nos quedaba no hacían mas que incrementar el grado de nerviosismo de todos los ocupantes del vehículo, por miedo a no llegar a tiempo al concierto. Y entonces fue cuando ocurrió lo inesperado, la parte negativa del viaje, nos adelantó un coche al parecer normal, cuando de repente vemos que el acompañante del conductor nos indica que nos desviemos de la carretera para detener el vehículo, estábamos estupefactos ante tal acción, ya que no habíamos infringido ninguna norma de circulación y el tiempo se nos estaba echando encima.

Después de detener el vehículo, un agente de la guardia civil de tráfico infiltrado se dispuso a pedirme toda la documentación del vehículo. Una vez echas todas las acciones legales llegó el momento de la sorpresa, decía que teníamos un detector de radar en el vehículo y que si no procedía a entregárselo tendría que registrarnos a todos. Cual es mi sorpresa cuando después de negarle todo ya que el vehículo no era mío, me entregó la denuncia correspondiente alegándome que el sabía que tenía un antirradar y como no se lo entregaba me multaba por otros conceptos para todos inexplicables y incoherentes, pero para él suficientes para emitir una denuncia. Total que nos disponemos a reanudar la marcha después de media hora perdida y 300euros, 4 puntos y 1 mes de retirada en mi expediente. Que suerte la mía, lo llego a saber y nos vamos en autobús.

Bueno una vez reanudada la marcha y después de una horita mas o menos llegamos a Madrid, cual fue mi sorpresa al ver la circulación de esa magnífica ciudad. Todo eran luces y coches por doquier. Y yo que pensaba que Barcelona era el caos, que equivocado estaba. Después de un buen rato colapsado, conseguí dejar el coche en un parquin cercano a la sala Penélope, y una vez nos hubimos reunido con el resto de integrantes de la Marea, entre los que estaban Marga, Stéphanie, Aranza, y realizamos la reunión del club de fans pertinente en la que teníamos que tratar varios temas, nos dirigimos hacia el concierto tan esperado por todos.

Capítulo 2. Un concierto inolvidable



Una vez hubo terminado la reunión del club de fans, y dado lo tarde que se había echo todos nos dispusimos a abandonar el local VIPS en el que habíamos estado para dirigirnos al concierto. Cual es mi sorpresa que ante la emoción del momento se me había olvidado pagar las bebidas que nos habíamos tomado mi mujer y yo, así que ni corto ni perezoso me dispongo a pagar y una vez salimos del local nos quedamos estupefactos al ver que la gente había desaparecido al completo. Dado lo tarde que era y que no podíamos perder ni un segundo decidimos coger un taxi rápidamente para que nos acercara hasta la sala del concierto.

Una vez estuvimos en la puerta, y al ver que la cola al evento era ya casi inexistente, nos dirigimos hacia uno de los vigilantes para corroborar que nuestros nombres figuraban en la lista de Sony, como era de esperar. Después de unos segundos que se hicieron eternos, la chica en cuestión dio con los nombres pertinentes y nos dispusimos a entrar. Ya estaba todo echo, el día tan estresante que había empezado pronto por la mañana, había llegado a su momento álgido, a ese momento tan esperado.

Temiendo que hubiera empezado el concierto nos encaminamos hacia el interior de la sala en busca de alguna cara conocida. Estábamos dentro, la gente se agolpaba por toda la estancia cual manifestación de intenciones y a la expectativa de lo que iba a ser el mejor concierto de nuestras vidas. Se podían palpar las ganas de que diera comienzo con las puntas de los dedos, estábamos eufóricos de la emoción.

Una vez pasados 5 minutos se hizo el silencio, las luces se atenuaron lo suficiente para resaltar a la protagonista que estaba haciendo entrada en el escenario, la fuerza de su magia acalló a todos los asistentes embriagándonos con su aura de felicidad y emoción que demostraba, con un temple digno de una estrella que lleva años experimentando escenarios, con una mirada que dejaba petrificado hasta la persona mas nerviosa.

Después de dirigirnos unas palabras de recibimiento y agradecimiento con esa vocecilla angelical a la que estamos todos acostumbrados, y que tanto sabe traspasar nuestros corazones, se dispuso a empezar el concierto. Que decir de escucharla cantar en directo, se formaba un cúmulo de sensaciones y emociones en mi interior difícil de explicar, estaba embriagado por su ternura al cantar, por su rostro detonante de una felicidad envidiable, por su temple duro como el acero en el que ponía a cualquier detractor o incrédulo de sus posibilidades en el sitio que se merecía, por sus emociones latentes en el escenario y de la que todos nos veíamos envenenados en el buen sentido de la palabra, por esa sencillez en su manera de actuar, esa naturalidad que la caracteriza y la hace tan especial, era Virginia en su estado mas puro, y como nunca antes habíamos podido disfrutar de ella, como si aquellos directos que protagonizó en el concurso al que no quiero dar publicidad, estuvieran a años luz de este día, mostrando una maduración y un directo espléndido, maravilloso, lleno de fuerza y emoción; sentimientos e ilusión; en definitiva superando con creces a un disco ya de por si casi insuperable. Esa era su magia y de la que pudimos disfrutar todos los asistentes. Yo personalmente y aunque me encantaron todas sus actuaciones destacaría las cantadas en inglés (ya que eran de su propia elección y por lo tanto llenas de emoción) y sendas versiones del single “Soy tu aire y soy tu agua”, así como Ya se verá y Defíneme sin ti.

Una vez vimos que quedaba poco para que terminara el concierto, decidimos que era el momento de buscar al resto de compañeros de la Marea, ya que habíamos estado el concierto solos mi mujer y yo disfrutando del espectáculo. Después de recibir un mensaje en e que Ángeles nos indicaba su posición, nos encaminamos hacia allí.

Sorteamos a muchas personas hasta que pudimos dar con ellos, pero al fin estábamos todos juntos, íbamos a poder disfrutar del fin de fiesta acompañados de todas esas personas que compartíamos un mismo sueño, el cual se estaba viendo cumplido con creces. Llegó el momento del adiós, después de 2 intentos fallidos en los que parecía que todo había terminado y Virginia nos volvía a regalar otra actuación, llegó el momento de la emotiva despedida de los escenarios hasta próximos conciertos, la magia de su presencia abandonaba el hasta ahora magnífico representante de su música, ese espacio reducido que había servido para demostrar toda su grandeza, ese escenario que con diferentes formas y tamaños nos acompañaran durante toda su carrera.

Entre las personas que me faltaban por conocer, tuve el gusto de estrechar la mano a Juan(mas conocido como Dandy Diblues) y a Sergio Pérez Beltrán( quien se encargó de entregar la guitarra a Virginia en su presentación del disco). Y una vez estuvimos todos reunidos nos dispusimos a intentar contactar con Virginia para que nos firmara y poder cruzar unas palabras con ella. También era nuestra intención el poder sacar una foto de toda la junta directiva junto a ella, Marga, Ángeles y yo, pero no iba a ser tarea fácil.

Después de esperar durante un rato en las escaleras que daban a su zona vip, nos indicaron que teníamos que desalojar la zona ya que iban a organizar una firma en la que podríamos disponer todos de nuestro momento. Mas lejos de la realidad, fueron al final pocos los afortunados, ya que debido al cansancio de Virginia y a la prisa por abandonar el local, no todos fuimos los afortunados que pudimos cruzar unas palabras con ella, entre los que nos incluimos mi mujer y yo.

En ese rato tan frustrante por un lado, se vio recompensado con la posibilidad de conocer a la madre de Virginia, con la que si que pude cruzar algunas palabras y al momento pude darme cuenta de porque Virginia era una persona tan especial, venía de familia, esa aura tan característica estaba presente en su madre también, y su amabilidad y su disposición para atendernos a todos nos dejó impresionados a los que no teníamos la oportunidad de conocerla. También tuve la oportunidad de pedirle un autógrafo a Risto, pero las prisas de las que todos los protagonistas hacían gala no me permitieron cruzar mas palabras que las simples presentaciones de rigor. Había llegado la hora de abandonar el local, pero la noche no había echo más que empezar.

Idayerick

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